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Hace un mes aproximadamente recibí una carta de Sara en mi farmacia, pues su mamá me había comunicado, que Sara padecía desde más de un año en su piel “Molusco contagioso”.
El molusco contagioso se disemina fácilmente, la mayoría de las veces a través del contacto directo de piel a piel. El virus puede propagarse a través del agua, y las personas también lo contraen al tocar objetos que lo tienen, como la ropa, las toallas y la ropa de cama.
Una vez que una persona contrae molusco contagioso, este puede extenderse de una zona del cuerpo a otra cuando ella se rasca o se frota los bultos y luego se toca otra parte del cuerpo.
Había probado un tratamiento anterior que no le había ido bien y esta infección vírica que puede remitir al cabo del tiempo por sí sola, parecía haberse instalado en ella sin solución.
Sara de 8 años veía acercarse el momento de su Primera Comunión y quería estar libre de este problema y tener su piel bonita para un día tan especial.
En su carta tal y como os contaba me decía textualmente: “Voy a seguir día a día con mi madre el tratamiento que has aconsejado. Seguro que pronto me mejorare”
Esta es la primera y mejor decisión para entrar en vías de curación, QUERER SANAR. Pues a partir de ahí cualquier tratamiento ya tiene más de 50% de éxito.
Su madre nos ha facilitado fotos del seguimiento del tratamiento de Sara y tras 6 semanas su mejoría es muy, muy buena y esperanzadora. A través de este blog, lo vais a poder seguir semana a semana.
Si os interesa el tema espero poder atraer vuestra atención sobre este problema, cuya solución consiste en quemarlos, con el posible riesgo de dejar cicatrices o esperar su desaparición al cabo del tiempo.
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